14 principios de Henri Fayol para un liderazgo eficaz
El mundo cambia en función de las necesidades que tiene el ser humano, y por ello surgen movimientos como el Renacimiento, las Revoluciones Industriales, entre otros. Gracias a estos las empresas se constituyen como organizaciones de personas que venden productos y servicios.
Sin embargo, se requiere de cierto orden y personal capacitado para dar forma al tipo de compañía que tenemos en mente, lo cual se logra por medio de principios como los de Henri Fayol, considerado uno de los grandes referentes en materia de la Administración Industrial.
Si deseas que tu empresa evolucione a nuevos horizontes por efecto de un buen liderazgo, entonces estas en el lugar correcto. Descubre los 14 principios de Henri Fayol para un liderazgo eficaz.
Henri Fayol y su contribución al liderazgo empresarial
Henri Fayol fue un conocido ingeniero empresario e industrial activo entre los siglos XIX y XX, que se caracterizó por realizar estudios relacionados con la dirección y gestión organizacional. Escribió el libro Administración Industrial y General, en el que describe diferentes propuestas.
Si bien es cierto que la teoría de administración clásica hace hincapié en las funciones elementales de una compañía, en el libro de Fayol aparece un enfoque resumido y global de la empresa, en el que se trata todo lo relacionado con la anatomía de una organización.
De esto se obtiene que las empresas deben cumplir un conjunto de funciones para lograr metas técnicas, comerciales, financieras, contables, de seguridad y administrativas. A continuación, te mostramos los 14 principios de Henri Fayol para un liderazgo eficaz.
Principios de liderazgo de Henri Fayol
1. Unidad de mando
Tiene que ver con la importancia de que cada trabajador recibe órdenes sobre las funciones que debe ejecutar de un mando único, explicando al empleado los resultados que se deben obtener de cada tarea.
En el momento que se reciben directrices de distintas personas, se genera confusión y se entra en conflictos que pudiesen evitarse. La unidad de mando tiene que establecer responsabilidades e identificar errores de la manera menos compleja.
2. Autoridad y responsabilidad
Cada líder empresarial, independientemente del nivel al que pertenezca, debe disponer de una autoridad que se encuentre balanceada con sus funciones.
Si alguien tiene una autoridad que sobrepase su responsabilidad dentro de la empresa, irremediablemente va a abusar de esta autoridad. En caso de que responda por encima de la autoridad, se va a sentir frustrado y difícilmente podrá ejecutar sus tareas.
Se tiene que realizar una distinción entre autoridad y poder, siendo este último aspecto la capacidad de hacer cosas, mientras que el otro está relacionado con el derecho a hacerlas.
3. Unidad de dirección
Se relaciona con el enfoque y unidad de las tareas, de modo que todas estas trabajen en el cumplimiento de un mismo objetivo, detallado minuciosamente en el plan de acción.
Los encargados de la dirección son los principales responsables del plan y su propósito tiene que ver con supervisar el progreso de las tareas programadas y así cumplir con los objetivos planificados. En estas circunstancias cobra importancia el orden de los equipos y la disciplina.
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4. Centralización
En las organizaciones centralizadas, el jefe de la empresa cuenta con toda la autoridad y el poder, mientras que en las descentralizadas las funciones inherentes a la autoridad se distribuyen y comparten con los diferentes sectores y mandos.
La centralización absoluta tiene el problema de que los subdirectores no tienen autoridad para ejecutar sus funciones. Por otra parte, la descentralización absoluta hace que la alta gerencia no tenga poder o autoridad para controlar.
Por lo tanto, en la realidad no deben existir ambos sistemas de manera absoluta, sino que debe haber un balance entre centralización y descentralización para que la compañía funcione correctamente.
5. Subordinación del interés individual al general
En todas las empresas existen numerosos tipos de intereses, pues cada trabajador tiene motivaciones específicas, que no deben priorizar los intereses de la empresa.
Los planes y enfoques empresariales se orientan hacia las metas de la misma, y esta premisa debe ser respetada por todos los empleados, especialmente por la dirección general.
6. Disciplina
Ninguna empresa puede subsistir sin disciplina, y por ende debe existir respeto por las reglas y normas de la organización. Para estos casos debe prevalecer la autodisciplina, y en caso de que no la haya debe forzarse por medio de mandatos, premios y sanciones.
Los jefes de cada departamento de la compañía deben contar con dotes de liderazgo para lograr imponer el respeto que se requiere.
7. División del trabajo
Cada trabajador dispone de aptitudes distintas y puntos fuertes que hay que aprovechar. De acuerdo a la experiencia de cada cual, se pueden considerar especialistas en algo.
Si un empleado es especialista en un ámbito, debes saber que la división del trabajo incrementa la productividad y la eficiencia, pues existe mayor precisión en cada función que cumple. Este principio se aplica a cualquier trabajador y directivo de la empresa.
8. Orden
Los empleados deben tener los recursos necesarios para ejecutar adecuadamente las tareas que se le asignan. Y es que cada uno debe ocupar el lugar de trabajo acorde con sus aptitudes y capacidades.
En todo momento debe mantenerse el orden en todos los estratos a fin de garantizar un ambiente laboral agradable y en las mejores condiciones.
9. Jerarquía
En la organización va a haber una cadena de mando que va desde la alta dirección hasta los puestos menores. Es importante que todos tengan claro quiénes son sus superiores y subordinados, por lo que las jerarquías suponen una buena comunicación y no deben fracturarse.
No obstante, en ocasiones son necesarias acciones rápidas que puedan representar saltarse las líneas de mando y ponerse en contacto directo con los jefes superiores, siendo acciones que deben estar previstas y reguladas con anticipación.
10. Remuneración
Es indispensable trabajar con empleados que se encuentren motivados y que sean productivos. La remuneración debe ser justa y coherente para todos los trabajadores, de modo que se sientan felices en sus funciones para así incrementar su productividad.
Se pueden describir dos tipos de remuneración, tales como la económica y la moral. La segunda está relacionada con los ascensos, premios, reconocimiento de esfuerzos y otros aspectos.
11. Equidad
Se trata de la combinación de la bondad con la justicia y su aplicación por parte de la dirección de la compañía, lo cual fomenta un mejor ambiente laboral e incluso devoción y respeto de los trabajadores.
12. Estabilidad
Tiene que ver con la importancia de la estabilidad de los trabajadores o, mejor dicho, de la especialización. Señala que una alta rotación perjudica el buen funcionamiento de los departamentos y minimiza notoriamente la seguridad que siente el empleado en el lugar de trabajo.
13. Iniciativa
La alta dirección debe fomentar que los empleados hagan la planificación personal de sus funciones y su puesta en marcha. En esta programación se van a cometer errores; no obstante, estas iniciativas generan mayor satisfacción en los trabajadores y buenos aportes dentro del negocio.
14. Espíritu de conjunto
Este principio fomenta el trabajo en equipo, vital para que exista colaboración y protagonismo de todos los trabajadores. Esto es esencial para la cohesión entre todos los integrantes de la organización.
De esta manera se promueve el buen desarrollo de la cultura corporativa, favoreciendo en buena parte a la confianza que puedan tener los empleados entre ellos.
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