Cómo controlar la ira en el trabajo
Expresar emociones en el lugar de trabajo es algo que, tradicionalmente, ha sido visto de forma negativa. De hecho, la mayoría de los empleados creen que las emociones negativas, como la ira, deben ser suprimidas en el trabajo.
Pero todos hemos tenido momentos así en el trabajo. Un cliente difícil convierte una reunión productiva en un pozo de amargura o tu jefe te riñe por algo que no está bajo tu control o responsabilidad. Sientes que tu presión sanguínea sube y tu respiración se acelera.
Quieres golpear el escritorio con los puños, destruir el monitor o arrojar algo a la cabeza de tu jefe. Claro que mientras piensas esto eres consciente que la violencia en la oficina no es la respuesta, y que es prudente controlar tus emociones en el trabajo.
Expresar tu ira en el trabajo puede llevar a consecuencias indeseables como conflictos con colegas o supervisores. También puede reducir tus oportunidades de adaptarte al entorno de trabajo.
La ira también puede interferir con tu desempeño, al disminuir tu capacidad para concentrarte en tus tareas. Por lo tanto, sentir ira en el trabajo, o cualquier emoción negativa, es algo que debería evitarse siempre ¿verdad? La respuesta no es tan obvia.
Sentir ira en el trabajo es algo normal
Algunos estudios han descubierto que las emociones en el lugar de trabajo pueden ser realmente beneficiosas tanto para el individuo como para la organización. La clave está en expresar la ira de una manera sana y productiva.
De hecho, la ira puede ser canalizada de manera que no se dirija a un individuo sino a ciertos factores o comportamientos dentro de la organización. Esto puede ayudar a expresar la insatisfacción y a abordar directamente los problemas y sus causas.
Esto abre canales para mejorar los problemas en cualquier sistema. Por ejemplo, sentirse enfadado por un trabajo que te obliga a hacer horas extras puede darte el impulso para sentarte con tu supervisor y encontrar soluciones para que las tareas se hagan en el tiempo programado.
En lugar de atacar a tu supervisor, ese enojo es utilizado para dirigir y cambiar un comportamiento o proceso que no está funcionando bien.
La clave no es evitar o negar los sentimientos de ira, sino abordarlos de una manera que sea beneficiosa y productiva. Es importante entender que la ira no es una emoción que lleve siempre a resultados negativos.
La ira no necesita ser reprimida y evitada, algo harto difícil de lograr en un entorno de trabajo. En cambio, controlar y canalizar tu ira puede ayudarte a entender mejor una situación, y promover una sana resolución de conflictos.
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Asume la responsabilidad por tu ira
Para poder controlar la ira de manera efectiva, primero hay que reconocer los sentimientos de ira apenas surgen. Es importante ser consciente tanto de las situaciones que te hacen enfadar, como de tus reacciones típicas ante tales situaciones.
Pensar en las cosas que desencadenan tus arrebatos de ira en el trabajo te ayudará a abordar los problemas subyacentes de manera eficaz y evitar una reacción inapropiada o poco profesional.
Puedes intentar anotar tus pensamientos cuando te sientas enfadado, y revisarlos después de que tu ira haya disminuido.
Este ejercicio te dará una idea de la causa de tu ira, y te ayudará a abordar el pensamiento problemático. Recuerda que sigues siendo totalmente responsable de tus acciones cuando te enfadas.
Tómate un tiempo para calmarte
Si identificas los signos inminentes de la ira es recomendable que te alejes de la situación que la provoca. Si necesitas un tiempo para calmarte y estás acompañado puedes hacerlo con elegancia, por ejemplo:
Estoy sintiendo algo de ira por (insertar situación). Necesito unos minutos para calmarme. ¿Podemos hablar después de esto para resolverlo?
Otra forma de calmarte cuando te sientes enfadado es distraerte con una actividad diferente. Puedes elegir participar en alguna meditación, un ejercicio de respiración ver un video divertido, caminar, etc.
Siéntete libre de hacer cualquier cosa que te ayude a recuperar la compostura y la perspectiva. Asegúrate de volver a la situación solo cuando te sientas más tranquilo.
Reencuadrar tus pensamientos de ira
Algo muy importante al canalizar la ira en el trabajo es reencuadrar cualquier patrón de pensamiento negativo en el que puedas caer, especialmente aquellos que involucran absolutos como: siempre sale mal, nunca funciona, etc.
Si lo piensas bien, te darás cuenta de que las posibilidades de que algo sea sistemáticamente negativo o malo son bajas. Más bien puede haber algunos casos en los que las cosas no salieron como esperabas y cuando estás molesto los recuerdas más vívidamente.
En lugar de pensar en términos absolutos puedes reconocer que te sientes frustrado porque las cosas no salieran como esperabas. Pero que puedes lidiar con la situación y que gritarles a todos no resolverá el problema.
Ser asertivo y empático
La ira puede hacer que respondas a situaciones frustrantes buscando culpables y echándoles en cara su responsabilidad en el problema. Sin embargo, la mejor manera de lidiar con la ira en el lugar de trabajo es presentar tu propia perspectiva de la situación.
También ocurre que, cuando las personas están enojadas, tienden a ser egocéntricas y sólo se centran en la información que justifica su ira. Puede ser una buena idea alejarse de esto para llegar a una solución del problema.
Después de haber expresado tus sentimientos y perspectiva del problema, puedes trabajar con la otra persona en comprender su propio punto de vista. Puede que descubras que la otra persona ni siquiera era consciente de que su comportamiento o sus palabras te generaban frustración.
Al dar un paso atrás y dejar espacio para el punto de vista de la otra persona, estás abriendo la puerta para que se produzca una comunicación abierta y constructiva.
Usar el humor
Encontrar un toque de humor en situaciones que produce ira puede reducir su intensidad y ayudar a obtener una perspectiva más equilibrada. Además, los estudios han demostrado que no tomarse demasiado en serio a uno mismo ayuda a sentirse mejor, menos enfadado y menos estresado.
Aunque expresar tu ira pueda ser beneficioso, es importante hacerlo de manera apropiada y profesional. Esto contribuirá a garantizar que el lugar de trabajo siga siendo un lugar seguro y cómodo para ti y para todos los demás.
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