Qué es la motivación extrínseca y su importancia
Eres el líder de un equipo de trabajo que se encarga de un importante proyecto durante meses. La fecha límite se acerca rápidamente y no estás seguro si tu equipo logrará cumplir con el cliente. Estando a cargo de todos, es tu responsabilidad encontrar la forma de motivar a tu equipo.
Para poder obtener todo el potencial de ellos, primero hay que averiguar exactamente qué es lo que mueve a nuestros empleados. Aquí es donde entra en juego la motivación.
Descubrir lo que motiva a los empleados no es tarea fácil. De hecho, puede ser un gran obstáculo a la hora de liderar equipos.
Sin embargo, una vez que lo averigües, podrás aumentar los niveles de productividad y mejorar los resultados finales.
Existen dos tipos de motivaciones. En primer lugar, tenemos la motivación intrínseca, un tema que hemos tratado previamente. Se trata de un comportamiento que surge del propio individuo, sin ninguna recompensa o incentivo externo evidente.
Pero mantener a los empleados contentos, motivados y productivos a veces pasa por tomar la iniciativa y utilizar motivadores externos.
¿Qué es la motivación extrínseca?
La motivación extrínseca es fácil de entender. De hecho, las empresas tratan de motivar a los empleados de esta forma constantemente. Los motivadores extrínsecos en el lugar de trabajo tienden a ser principalmente financieros o materiales.
Por lo general, se presentan en forma de un aumento de salario, una bonificación, un coche de empresa o un ascenso.
Estas recompensas son externas al trabajador, y no provienen de un sentido altruista de satisfacción, o incluso de diversión, por el trabajo realizado.
Estos motivadores externos pueden ser más sutiles que el dinero o los logros materiales, también pueden ser psicológicos. Entre estos motivadores externos tenemos la fama, los premios, las evaluaciones positivas y los elogios.
¿Es mala la motivación extrínseca?
En absoluto, no. La motivación extrínseca es el mejor tipo de motivación para una situación muy específica: cuando no tienes ningún interés personal en una tarea que debes hacer. Hay ciertas situaciones en las que la motivación extrínseca es una gran manera de alcanzar metas, como, por ejemplo:
- Para completar tareas a corto plazo que no te gustan.
- Para animar a otros a aumentar su productividad.
Los gerentes y líderes usan constantemente aumentos y bonificaciones como motivadores externos para que los empleados trabajen más duro.
Sin embargo, los motivadores extrínsecos sólo pueden llegar hasta cierto punto.
Algunos expertos creen que, a largo plazo, incentivar la motivación intrínseca de los empleados es mucho más efectivo.
¿Qué tan efectiva es la motivación extrínseca?
Este tipo de motivación puede ser altamente efectiva. Simplemente mira todos los ejemplos que existen en tu propia vida de cosas que haces para obtener algún tipo de recompensa externa.
- Muchas personas se ven motivadas a comprar en cierto lugar para ganar puntos y descuentos.
- Pagar las compras con cierta tarjeta porque se acumulan puntos o millas, o participas para ganar un premio.
- Pagar tus impuestos para evitar una multa o una sanción.
- Ir a nuevos lugares para tomar fotos que subir a Instagram e impresionar a tus seguidores.
- Trabajar duro para poder ganar un bono por productividad o convertirte en empleado del mes.
Todos estos son ejemplos de conductas específicas para obtener una recompensa externa.
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Limitaciones de la motivación extrínseca
Si bien ofrecer recompensas puede aumentar la motivación en algunos casos, los investigadores también han descubierto que este no es siempre el caso. De hecho, ofrecer recompensas excesivas pueden tener efectos indeseables. Por ejemplo:
El efecto de la sobrejustificación.
Esto ocurre cuando a alguien que ya está intrínsecamente motivado para hacer una tarea se le da una motivación extrínseca, con lo que su motivación intrínseca disminuye. Esto ocurre con muchas personas que profesionalizan sus aficiones.
Comenzar a recibir dinero por algo que hacías por el simple placer de hacerlo, provoca que disfrutes menos de la actividad.
De esta manera, añadir motivación extrínseca a una tarea para la que ya estás intrínsecamente motivado puede socavar tu interés original en ella.
Inestabilidad a largo plazo
La motivación extrínseca es insostenible a largo plazo si es el único motivador. Existen muchos matices en este aspecto, pero por lo general los motivadores extrínsecos no son lo suficientemente fuertes para durar a largo plazo.
Lo vemos constantemente en profesionales bien pagados y de éxito.
El dinero, el elogio y la fama pueden cansar, aunque sea difícil de entender para quienes no los tienen.
Consejos para usar recompensas extrínsecas
Las recompensas extrínsecas son una herramienta útil para la motivación del personal. Pero como ya se ha mencionado anteriormente, el uso excesivo de los mismos puede dar lugar a problemas.
Acá te dejo algunos consejos para usar motivadores extrínsecos que aumenten el rendimiento, en lugar de perjudicarlo.
El factor sorpresa
Las recompensas extrínsecas inesperadas no afectan la motivación intrínseca. Un pequeño bono por hacer un trabajo excepcional será una agradable sorpresa para un empleado intrínsecamente motivado.
Pero también saben que no es algo habitual. Su motivación intrínseca no disminuye porque reciben una recompensa extrínseca inesperada. Pero no hagas de esas recompensas algo regular
Elogia el buen trabajo
Usar el elogio es un gran motivador extrínseco, si se usa con prudencia. Ofrecer elogios cuando alguien excede las expectativas puede aumentar la motivación intrínseca de esta persona, al elevar el sentido de capacidad propia para realizar el trabajo.
No olvides el feedback
El elogio puede ser una forma de feedback, pero también puedes usar esta retroalimentación para decirle a alguien cómo puede mejorar. Cuando se combina con la motivación intrínseca, esto crea una meta que el empleado puede aspirar lograr.
Consideraciones finales
Confiar únicamente en motivadores extrínsecos no te ayudará a crear un equipo de alto rendimiento. Tu gente llegará a esperar esas recompensas extrínsecas. Si no las reciben, pueden perder toda la motivación previa.
Pero tampoco basta con confiar sólo en la motivación intrínseca de la persona. En la mayoría de los entornos de trabajo, la falta de motivadores extrínsecos va unida a una falta de metas. Esto puede llevar a que el trabajo no esté enfocado y no logres los resultados buscados.
En su lugar, estás buscando una combinación de ambas. Debes buscar personas con motivación intrínseca y asegurarte de que trabajen en tareas que les importen.
Está bien ofrecer motivación extrínseca como recompensa por completar tareas y superar expectativas. Pero no debes permitir que se convierta en la única razón por la que alguien se presenta a trabajar.